martes, 15 de julio de 2014

EL "PIRAÑA" POR EL PARANÁ

Como siempre, es un verdadero placer contarlos entre nuestra tripulación para divulgar las buenas artes de este deporte que nos fascina.

Hoy, nuevamente, tenemos el mayor orgullo que un medio como el nuestro pueda alcanzar. Cuando existe un “ida y vuelta” entre el medio y el lector, todo indica que las cosas se están llevando a cabo según lo planeado y esto nos satisface enormemente.

Hace unos pocos días se contactó con nosotros Andrés, el flamante, junto a su padre, propietario del crucero de madera “Piraña”, para ofrecernos su relato y aportar toda la data de su travesía. Oriundo de la Ciudad de San Fe, trasladaron la reciente adquisición remontando el Paraná de las Palmas desde la Ciudad de Tigre hasta el Club Náutico de Paraná, sitio elegido para su amarra. Realizada en cuatro singladuras, a una velocidad crucero de 16 km/h. (2700 rpm) medida con corredera, se utilizaron aprox. unos 800 lts. de combustible para finalizar con una velocidad promedio de 11,5 km/h y un consumo de 10 lts./h por motor.

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Con Uds. los protagonistas…
Mi nombre es Andrés García Farquet y junto a mi padre Daniel decidimos incursionar en el mundo de la náutica. Después de mucho andar encontramos al Piraña, un crucerito de 9,48 mts. de eslora, 3,48 mts. de manga y 0,90 mts. de calado, construido en cedro con carroza plastificada en el año 65 por German Frers a pedido de un tal José Fera para uso recreativo, aunque del 3 al 5 de enero de 1969 corrió la Regata YCA "Dársena Norte - Puerto del Buceo - Punta del Este" obteniendo el primer puesto en la categoría B. Luego de pasar a través del tiempo por varios dueños llega a nosotros en un buen estado general para ser de aquella época, pero con muchas refacciones que realizarle.

El Alistamiento
Alistando el Piraña
Si bien lo trajimos al Club Náutico de Paraná, como les adelantó ENDT, nosotros somos de la ciudad de Santa Fe, así que durante varios fines de semana nos fuimos hasta Tigre con un sin número de herramientas para preparar la embarcación para nuestra tan anhelada e incierta travesía. En primer lugar pusimos en condiciones sus dos motores GM V8 Diésel. Colocamos filtros de agua, limpiamos tanques, instalamos correderas, plotter y una gran cantidad de pequeñeces que nos hacían soñar con ese momento, hasta que ese día tan anhelado llego…

La Travesía
Día 1: El día 6 de julio de 2014, a las 10:20 hs., zarpamos de Tigre con mi padre Daniel y Raúl (el papá de mi mejor amigo) en un día lluvioso y con poco viento pero con muchas expectativas. Navegando por el río Luján y luego por el Canal Arias hasta llegar al Paraná, a la altura de la baliza del Km. 63.800. Es aquí donde hago un paréntesis para contarles que esta era la primera vez que navegábamos en una embarcación como esta, y también la primera del Piraña, sin ninguna otra salida previa, así que imagínense la expectativas de estos tres tripulantes. Con ayuda de un GPS y una hoja de ruta que supe extraer de un navegante del Yacht Club de Rosario,  copiada de puño y letra, empezamos a remontar el Paraná que se veía imponente. Navegamos  97 km, siempre por costa de babor pasando por Zárate y finalmente cuando nos agarró la noche amarramos a un árbol en la entrada del río Baradero, ya que pensábamos continuar por este mismo para acortar 40 km respecto al Paraná. Este resulto ser un muy buen lugar para hacer noche.


Daniel, Andrés y Raúl
Día 2: Como buenos inexpertos acostumbrados a navegar en lanchas, el amarrar a un árbol nos deparó al otro día amanecer encallados en el barro, del cual pudimos salir a fuerza de motores marcha atrás. Durante media mañana navegamos el río Baradero observando un paisaje muy bonito con grandes barrancas a babor. Retomando nuevamente el Paraná por el Canal Ulloa, en la bolla del km 274.500, contemplando que veníamos navegando en  plena crecida del Paraná nos decidimos a salir del canal de navegación tomando la margen de babor entre la Isla de Larco y la Laguna San Pedro. No recomiendo esta maniobra ya que así y todo existía poca profundidad. De ahí en más respetamos el canal de boyado casi en todo el trayecto, frente a Ramallo pasamos la Isla de las Hermanas dejando por estribor o por mala, la boya verde del km 315. LLegamos aproximadamente a las 8 de la noche al Club Náutico de Villa Constitución, solicitando amarra de cortesía, la cual nos la brindaron de mil maravillas y fuimos atendidos de primera, es muy recomendable hacer noche en este hermoso club. Ya en las amarras nos dimos cuenta que una manguera de combustible estaba a punto de cortarse ya que venía rozando con una de las correas del alternador y nos bañó los dos motores de gasoil.

Puente Nuestra Señora del Rosario
Día 3: Luego de dormir bañados y contentos nos dispusimos a zarpar nuevamente, siendo martes 8 de julio, salimos del Náutico de Villa Constitución con 237 km recorridos en total. En este punto recién me empezaba a relajar sorprendido por que no se nos rompiera nada, pero en el transcurso del día lo tan temido sucedió. El gasoil derramado sobre una correa muy vieja terminó de estropearla y se nos disparó la temperatura de un motor. Apenas nos dimos cuenta de ello lo paramos y continuamos navegando con el otro motor. En el barco había unas correas de repuesto que creí debían ser las correctas pero no resulto ser ninguna la que llevaba, lo pudimos solucionar dejando el alternador fuera de servicio y poniendo una de menor longitud, afortunadamente resultó. Paramos en Rosario para abastecernos de combustible y continuamos viaje pasando por el majestuoso puente de Rosario - Victoria, casi tan espectacular como el de Zárate, al cual no nombre anteriormente. Terminamos el día anclando frente al Puerto San Martín en donde nos agarró la noche y unos increíbles barcos chinos se encontraban cargando cereal. Nos refugiamos en un arroyo bien frente al puerto, pero esto resulto no ser buena idea ya que durante toda la noche tuvimos un oleaje importante por el trabajo de estos buques, nada que un buen asado acompañado de mi viejo, Raúl y un vinito no pudieron solucionar.

Día 4: Por la mañana, con un total de 327 km recorridos, salimos bien temprano con esperanzas de llegar a última hora de la tarde, el día transcurrió  esplendido, soleado, como los dos anteriores. El Piraña se venía comportando un lujo y nosotros lo veníamos pasando de mil maravillas, disfrutando cada paisaje como así también de cada charla en la que analizábamos el comportamiento de la embarcación como si supiéramos del tema. Pasando frente a la localidad de Diamante me distraje y aminoré la marcha abruptamente por encontrarme de golpe con un bajo muy importante. La ola que veníamos haciendo nos agarró  en diagonal y nos escoró lo suficiente para que volaran de proa dos bidones de 60 lts. con combustible, totalmente llenos, al agua y mi papá también volara espectacularmente pero solo de la cama al piso.
Luego de realizar las maniobras  correspondientes para rescatar los bidones continuamos viaje, el cual finalizamos a las 6 de la  tarde con un total de 454 km recorridos en 39 horas y 33 minutos, según el GPS. Arribamos al Club  Náutico de Paraná, cuyo capitán nos dio la bienvenida.

Así terminaba nuestra  travesía desde el Tigre a Paraná,  con un poco de alegría por llegar pero también con tristeza porque se terminaba esta experiencia que nunca la voy a olvidar en mi vida por varios motivos: el haber podido realizarla con mi padre, el haber visto paisajes increíbles y conocer nuestra embarcación como no podría haber sido mejor, aunque creo que la más importante fue haber fabricado una nueva relación que paso de ser “del padre de”  a ser Raúl, mi amigo.

Esto a mi humilde entender, y solo lo comento como una opinión personal, es lo más maravilloso que tiene la navegación con embarcaciones de madera y antiguas. Al restaurar o arreglar estas embarcaciones, más tarde estas nos devuelven todo el trabajo en  satisfacciones que el dinero no puede comprar y que solo se sienten cuando están nuestras manos presentes. Estas benditas embarcaciones pasan a ser solo una herramienta para dejar grabado a fuego historias, anécdotas, nuevos amigos y familias felices que disfrutan de una misma actividad. 

Saludos !!!!.
Andres Garcia Farquet