Bienvenidos colegas nautas!
En esta salida hemos decidido tratar un tema que por lo general se desestima. Aunque a veces solo se los aprecia como adornos eternamente inquietos colgados por las bandas durante la navegación, estos elementos tan importantes e indispensables como cualquier otro adminículo de a bordo, deben encontrarse a mano ante cualquier maniobra que involucre a nuestra embarcación con un muelle, una amarra u otra embarcación. Las defensas, generalmente inflables, de distintas formas, tamaños y materiales, destinadas a proteger las bandas de nuestros barcos de golpes y raspones hoy se llevan nuestra atención.
Defensas de a bordo:
Las más comunes de encontrar son las alargadas que vienen en diversos tamaños (utilizar la medida acorde con las dimensiones del yate) y sirven especialmente para separar y proteger embarcaciones de distintos francobordos. También son las más utilizadas, de a dos o tres por banda, para la protección en amarras convencionales. Con un segundo cabo pasado por el ollao inferior se pueden colocar de forma horizontal, según la conveniencia.
Las defensas redondas o balón tienen, por su diámetro, un mayor poder de absorción de golpes y serán muy útiles cuando exista la posibilidad de un choque inevitable. Será entonces muy conveniente contar por lo menos con una de estas defensas a bordo que también guardará relación entre su tamaño y el de nuestra embarcación.
Aunque menos difundidas, las defensas planas de buena superficie protegen, colgadas del guardamancebo o del púlpito, nuestras bandas de los roces con otras embarcaciones o postes de palmeras de las amarras. Esta defensa presenta la particularidad de poder ser usada como apoyo para las rodillas, cuando no se utiliza para el fin establecido, al momento de tener que realizar alguna tarea en las zonas más bajas.
Solo a los fines ilustrativos, aunque de igual uso que las anteriores, es la conocida como Yokohama. Esta defensa de grandes dimensiones es utilizada a bordo de buques mercantes de gran volumen (Panamax, Roro, cerealeros, etc.) para abarloarse a otros buques o a los muelles de carga y descarga.
Aunque ya en desuso, las ornamentales, de cabo o clásicas pueden ser una decorativa y elegante alternativa para los barcos de madera.
La mejor forma de amarrar una defensa es con un ballestrinque y un cote que haremos en un pasamanos o guardamancebo, permitiéndonos así su fácil regulación en altura. Será conveniente mantenerlas limpias, pues sucias o pegajosas mancharán seguramente la banda de su barco. En el caso de poseer un casco de madera, además de mejorar la estética, una funda de tela protejerá al mismo. Y por favor, cuando navegue recoja todas las defensas...
Hasta la próxima salida y recuerden que: Cuanto más se tarda, más se navega!