Estimados colegas náuticos, lamentamos no haber podido cumplir con la promesa de ir relatando nuestra experiencia a bordo en la travesía: Tigre – San Pedro. A rigor de verdad la tecnología nos jugó una mala pasada y solo al regreso estuvimos en condiciones de publicar toda la información e imágenes recolectadas a lo largo de estas dos semanas. Trataremos de recompensarlos por la demora con el material disponible y esperamos les sea útil a la hora de optar por conocer estos nuevos puertos.
Organización: Una vez adquirido todo el material necesario para establecer la derrota (gracias Claudio D’ambrosio por tu aporte) y chequear info por internet, creímos que realizar piernas de cuatro o cinco horas de navegación iba a ser los más conveniente, recuérdese que nos trasladamos en una embarcación de desplazamiento con una velocidad promedio de 6 nudos y que, la primera mitad de la travesía consistía en remontar dos ríos con mucha corriente: el Paraná y el Baradero.
Así las cosas, nos organizamos y surtimos de alimentos frescos para los primeros días (quesos, vegetales, frutas, carnes, huevos, etc.), de conservas para los posteriores (latas de corn beaf, choclo, arvejas, atún, fideos con salsa deshidratada, etc.), jugos y “otras bebidas”. Dos buenas recomendaciones son llevar pechuguitas de pollo hervidas (se conservarán por más tiempo y servirán para hacerlas vuelta y vuelta a la plancha, desmenuzarlas para incorporarlas a un revuelto de verduras o a una ensalada) y llevar huevos ya cocidos (serán menos frágiles e ideales para incorporar en cualquier colación).
Otro punto a tener en consideración es el combustible. Para lo cual se deberá realizar todos los cálculos pertinentes y llevar consigo, nunca están demás, un par de bidones de 20 lts. para reabastecerse si fuese necesario. No olvidar de leer la nota del 8 de enero de 2010 antes de zarpar.
Partida: Luego de un fin de semana de preparativos, y habiendo madrugado, partimos de la amarra a las 06:10 hs. del lunes 11 de enero de 2010 con destino a Escobar para visitar a nuestros primeros amigos en la primer etapa de esta singladura. La jornada se presentaba con un cielo parcialmente nublado, con 22,9º C, viento calmo, presión estable y con una marea de 1,32 mts. subiendo. Al llegar al Paraná, tras un desplazamiento placentero y acompañado de unos riquísimos mates, las condiciones eran otras: cielo cubierto y viento del E /SE a 10 nudos. El Palometa cabeceó y cortó olas durante todo el trayecto hasta el km. 78 en donde nos estaban esperando; eran las 09:15 hs.
Ya amarrados y habiendo recibido los honores de la bienvenida, nos dispusimos a armar el auxiliar para su estreno y a repasar otras cositas pendientes del alistado, lo que nos demoró más de lo previsto. Con un atardecer de elevada sensación térmica, los tábanos y mosquitos no se hicieron esperar. Un frente de tormenta se estaba armando y pensamos en capearlo con dignidad. A las 3 AM del martes nos dimos cuenta que la dignidad cuesta y que la estábamos pagando a buen precio. El temporal se descargó con bastante intensidad entrando agua por todos lados y obligándonos, apenas salió el sol, a disponer de colchones, sábanas y almohadas para su secado, lo que nos retrasaría un día más.
Segunda pierna: Miércoles 13, 09:00hs. Amanecimos bien descansados y con todo alistado para partir. A las 11:00, con el cielo totalmente despejado, 26º C y con viento leve del N / NE zarpamos rumbo a Zárate, nuestro segundo destino. Un Paraná planchado, aunque con fuerte corriente en contra de 2 nudos y viento de proa, hacía lento el desplazamiento convirtiendolo en ideal para admirar curiosidades como la de la foto de la derecha. Prestando atención se pueden descubrir arroyos y canales donde poder fondear embarcaciones con calado de hasta 1 metro sin inconvenientes, tal es el caso del Aº Ñacurutú Chico, ubicado sobre la margen de estribor, unos 3 kms. más arriba de la boya del Km. 77,5 del Paraná o un canal sobre babor que vincula con el Luján y cuya boca se encuentra a solo 1 km. aguas arriba del anterior.
Ya casi sobre el Complejo Zárate - Brazo Largo, sobre estribor, nos encontramos con "La Teja", un parador de amplias playas donde se pueden practicar todo tipo de deportes náuticos y que cuenta con camping, dormis y un espejo de agua con amarras entre otros servicios. Pasar por debajo del puente la primera vez produce sensaciones encontradas de emosión y nerviosismo, sobretodo cuando los vehículos que por allí arriba circulan se comunican - vía bocinazos - con los que pasamos por debajo. A las 16 hs. arribamos al Círculo de Oficiales de Mar (COM) en donde solicitamos una amarra de cortesía hasta el día siguiente con el fin de pasar la noche y recargar combustible.
Si bien el club es sencillo, posee los servicios básicos como baños y servicio de luz eléctrica para el barco. En cuanto al combustible, el surtidor más cercano se encuentra subiendo la barranca hacia el centro y una vez arriba, hacer 2 cuadras a la izquierda (aprox. 800 mts.) Es de destacar la amabilidad con que nos han tratado y los elogios recibidos de los amarristas y carpinteros con quienes charlamos.
Continuará…