Una orden promulgada en el año 1277 es el documento más antiguo conocido en relación al uso de las banderas, la cual establecía que todos los buques ingleses deberían navegar con un estandarte que identificara las armas reales.
Las banderas se dividen en tres grupos, a saber: las Cuadras (cuando tienen forma rectangular), Cornetas (si posee forma triangular pero remata en dos puntas en el extemo opuesto a la vaina) y Gallardetes (si es de diseño triangular).

El uso de nuestra bandera a bordo de buques y embarcaciones deportivas, se encuentra regulado en nuestro país por el REGINAVE, aunque hay usos y costumbres que si bien no se contemplan en el mencionado Reglamento, todo navegante debería conocer y poner en práctica.
Un ejemplo de lo antes dicho es que el Pabellón Nacional debe guardar cierta proporcionalidad con el tamaño de la embarcación. A tal efecto, se deberá aplicar 1" (2,54 cm.) de largo de bandera por cada pie (30,48 cm.) de eslora, es decir si tiene 20 pies de eslora la bandera debe medir 50,8 cm. de largo y deberá ubicarse en el asta de popa. En cuanto a las embarcaciones menores de cuatro metros, están eximidas del uso.

La bandera Nacional debe encontrarse siempre en perfecto estado de aseo y conservación, debiéndo ser reemplazada por su deterioro o por la alteración de sus colores.
Bandera de cortesía: La misma representa el reconocimiento territorial y la soberanía de la Nación a la cual ingresamos; por eso toda embarcación o buque, al ingresar en aguas juridiccionales o puerto de un país extranjero deberá exhibir la bandera de dicha Nación.
La misma será colocada en la parte más visible de la banda de estribor, generalmente en la antena de comunicaciones.






Las diez banderas correspondientes a los números tienen forma de gallardete, al igual que las repetidoras.
Las embarcaciones deportivas están obligadas por el R.I.P.P.A. a llevar la tabla de señales con las características de cada bandera.
Mucho de lo que hoy hemos desarrollado tiene que ver con las buenas artes de la navegación, con la distinción y el señorío de los navegantes de elite. En estos tiempos que corren, con el increíble crecimiento del parque náutico - a quienes les damos la bienvenida - que bueno sería que cada nuevo navegante adquiriese con el brevet las conductas nobles y caballerescas de antaño, actitudes que siempre se destacaron en esta actividad.
Fuente: W. Noschese