Salir a navegar produce un conjunto de sensaciones muy anheladas por nosotros: la relajación, el contacto con la naturaleza, agradables momentos a compartir y el agua golpeando el casco de nuestro barco son algunas de ellas; aunque también, siempre debemos estar preparados para cualquier contingencia. He aquí algunas recomendaciones para navegar con viento fuerte:
Con oleaje de proa: En embarcaciones con buena potencia convendrá disminuir la velocidad y tratar de acompasar el recorrido del barco con el movimiento de las aguas, de lo contrario: a) La ola al actuar en el casco levantará la proa y la dejará en el aire, siendo la caida generalmente violenta. b) Cuando la cresta llegue a la popa, la ola tendrá incidencia sobre la misma haciendo que el barco pierda estabilidad y control del timón. c) Las embarcaciones de proas afiladas correrán el altísimo riesgo de pinchar la ola siguiente.
Por lo tanto, el uso y corrección del timón y el acelerador en estas condiciones serán constantes. Habrá que mantener la dirección de la proa para no perder estabilidad y disminuir la marcha al trepar la ola. Una vez pasada la cresta, se deberá acelerar (velocidad promedio entre los tres y siete nudos) para no perder el control.
Olas por el través: Enfrentar el oleaje de esta manera es peligroso. El viento presiona sobre barlovento y, con el oleaje, se forma un dueto escorante dificil de manejar. En el caso de no tener otra alternativa, será conveniente esquivar las crestas formando un ángulo agudo (a 45º) para evitar los rolidos. En caso de enfrentar una de éstas, se intentará caer a barlovento. Si la cresta fuese muy alta se podra intentar ir a sotavento pero siempre evitando la rompiente.
Con oleaje de popa: Si el empuje del oleaje y del viento son bien aprovechados no tendrá problemas. Para acompañar el movimiento del agua habrá que regular la marcha para que las olas no rompan en popa. De ser así, el barco se volverá muy inestable y habrá que contrarestar con el timón para no quedar atravesados.
Recomendaciones: Si lo sorprende el mal tiempo reduzca la velocidad pero sin perder gobierno; a veces serán necesarias suaves aceleraciones para mantener el control. Supere las olas a 45º manteniendo la proa alta para no embarcar agua y nunca se ponga paralelo a la ola, especialmente con una embarcación menor. Instruya a toda la tripulación a colocarse los chalecos salvavidas y a mantenerse sentados. Si por alguna circunstancia especial se ve obligado a fondear, suelte la mayor cantidad cabo de fondeo posible (diez veces la profundidad), de esa forma amortiguará los fuertes tirones.