
Al llegar, la tranquilidad, una armonía pueblerina y un aroma natural le dan la bienvenida a los visitantes. Casas bajas, muchas de estilo colonial y un ambiente familiar inundan las pocas cuadras de la Isla que cuenta con 168 habitantes estables, repartidos en 44 familias. No existen medios de transportes públicos ni autos particulares, solo un puñado de vehículos de la Prefectura Naval Argentina circulan por la Isla.




Luego de recorrer a pie lo antes mencionado, hicimos un alto para almorzar. Posteriormente visitamos el Barrio Chino, el aeropuerto, el camping y la fosa de granito (hoy una gran laguna) de donde se sacaron la mayoría de las piezas con que se adoquinó el centro porteño de antaño.
Había trascurrido un largo y agitado día, es momento de regresar. Ya embarcados, y habiendo combinado de antemano, decidimos volver navegando en conserva. Utilizando los mismos WP desandamos derrotero hasta el Pilote 14 (34º 14 928 S 58º 21 266 W) y allí viramos a estribor hasta 34º 14 590 S 58º 22 010 W avistando al frente la boca del Paraná Miní. Es de considerar el navegar a velocidad reducida pues de estar la altura del agua baja podrá encontrarse con algún banco, se recomienda entonces, recostarse sobre la costa N del Miní para no tener problemas.

Allí caimos a babor y fuimos dejando todos y cada unos de los palos por la banda de babor hasta llegar al Pasaje El Sueco.

La experiencia ha sido por demás gratificante y nutrida de gran intercambio de conocimientos y tips de navegación. Todos los que participamos nos llevamos la alegría de haber integrado una excelente travesía y el sabor amargo de no haber sido más extensa.
Pero no desesperéis! ya habrá otras. Así que a prepararse, a mantener las embarcaciones en condiciones, los bolsos preparados y el espíritu del Navegante Clásico encendido. Saludos a todos, ENDT.