Espero hayan tenido una excelente semana de navegación.
Aborden y continuemos con la última parte de la crónica de esta travesía, si no han leído las dos anteriores pueden pinchar aquí: PRIMERA PARTE - SEGUNDA PARTE.
Con un viernes lluvioso y sin demasiado apuro mantuvimos amarra, aprovechamos para bajar videos y las últimas cuatrocientas fotos a la compu. Por la tarde, con mejor tiempo, visitamos el Shopping de la terminal e hicimos algunas compras de comestibles, pilas, etc.
El sábado, antes de zarpar, nos cruzamos con el Piraña a unas playas frente al Muelle de los 33 Orientales. Un balneario muy tranquilo y cuya vista se puede apreciar a continuación.
A eso de las cinco nos despedimos de Mercedes y arrumbamos hacia la isla Pichón, a escasas cuatro millas, algo más de media hora de navegación. Ingresamos a través de la bocana W de la isla (unos 400 mts.) consiguiendo buena sombra, muy cerca de la costa, con una profundidad de 1,40 mts. al cero de Mercedes. A pesar de la tranquilidad, sobre la lomada, al fondo, el casco de una chacra da la sensación de custodia. Muy cerca de allí se encuentra el Aeropuerto Detomasi y es muy común ver, sobre todo los fines de semana, vuelos de práctica de avionetas y parapentes con motor.
Sobre el Río Negro, a la izquierda de la boca de acceso, se encuentra una extensa playa con bastante sombra, ideal para pasar el día y un poco más río abajo otra de unos ochocientos metros de longitud. Solo se trató de buscar la que más nos gustase para pasar allí un par de días.
Con el lunes llegó otra singladura. Ahora se trataba de ir recorriendo lo que teníamos previsto y elegir según la altura del agua, y en definitiva, lo atractivo de los arenales. Así fue que llegamos a la Isla 2 Hermanas y lo único que encontramos potable era la punta S que nos pareció muy desprotegida como para hacer noche allí. Continuamos entonces hasta la Isla Barrientos y descubrimos apenas unas líneas doradas de arena. Seguimos hasta el Banco Grande, que solo mostraba una pequeña lengua hacia el SW, sin reparo ni vegetación, cuando el viento del N/NE estaba soplando de forma sostenida y la temperatura alcanzaba los 37º C. Así que como plan D nos quedaba el Brazo de los Muertos, una buena zona de reparo y con vegetación alta que iba a ayudar a mitigar las altas temperaturas.
La primera noche la hicimos entre las islas Pepe Fernandez y Paraguay, el viento había rotado al E y con la ayuda del manguerote la pasamos "frescamente". Al día siguiente nos movimos a una pequeña playa privada bajo la sombra que algunos sauces nos dieron por la mañana y que por la tarde se encargaron de esa tarea unos gigante eucaliptos ubicados en la costa de la Isla Del Naranjo.
Aunque pudimos apreciar algo más de movimiento lugareño en la zona, nos encontrábamos en lo que fuera el antiguo paso inferior de Soriano - Mercedes, eso no impidió tener otra noche fascinante, y ni que hablar del amanecer...
El miércoles 24 al medio día estábamos arribando a Soriano nuevamente con la idea de quedarnos el jueves y partir el viernes temprano hacia Argentina. La única opción gastronómica es el Bar / Cafetería de la Estación Fluvial, que los miércoles permanece cerrado, al igual que los jueves por la mañana. Con unas irrefrenables ansias de comer sendos chivito con fritas, Alejandra (componente de la DNH), nos comunicó con Karen que en su carácter de cocinera con delivery nos acercó al muelle un inmejorable manjar (091 236 133), a tan solo $U 240, unos $A 155. Por la tarde visitamos el Pueblo, La Casa de las Máscaras, el museo y biblioteca la Casa de Marfetán, el solar en donde se encuentra la Fachada de la Antigua Casa Galarza y otras cosas interesantes que descubrimos al adentrarnos hasta las calles Cabildo y Las Piedras. Me parece oportuno aclarar que este es un pueblo de unos 1200 pobladores, no hay bancos, ni locutorios, no hay tiendas ni cine, la gente se interrelaciona mucho y es sumamente educada, gentil.
Un jueves nublado y con pronóstico de tormenta hacia la tarde o noche no nos amedrentó. Aprovechamos el día para recorrer las playas de la Isla Lobos, ubicada entre la boca embancada del río Negro con en el Uruguay y el Yaguarí, y también el paso inferior de la Isla Del Naranjo hasta el arroyo Las Maulas, un muy buen fondeadero protegido y de aguas calmas.
Aº Las Maulas |
Diego Ruiz (Turismo) y un obsequio |
Mientras las horas pasaban... el frente de tormenta se acercaba. Al volver al muelle vimos que varios lugareños refrescaban las amarras de sus embarcaciones y tiraban algunas retenidas. Cuando charlamos con Alfonso Quian, propietario de la embarcación que se encontraba casi en la cabecera del muelle e instructor de buceo, nos comentó que se esperaban unos 40 mm de lluvia con vientos fuertes del W, y entonces nosotros también nos dedicamos a recorrer y mejorar amarras, a poner defensas y retenidas.
A las 3 AM se desató la tormenta con fuertes vientos que fueron saltando del W al S, luego al E, para terminar soplando con rachas intensas desde el N/NE. Como el viento había rotado unos 180º y las retenidas estaban preparadas para recibirlo de babor, en una maniobra poco ortodoxa, logramos interponer el auxiliar, a modo de defensa sobre la banda de babor, entre el Palometa y la embarcación siguiente, ya que los acercamientos por el oleaje recibido del través de estribor, se habían vuelto muy peligrosos.
Hasta las seis de la mañana duró el vendaval que empujaba a grandes masas de aguas y las hacía correr por encima del muelle. En la foto de la derecha (una toma de pantalla) se puede observar el comentario realizado por RBS Meteorología Uruguay en donde describe lo sucedido durante la madrugada. La Alerta Naranja se mantuvo hasta pasado el medio día y recién a última hora de la tarde el tiempo comenzó a componer y hasta vimos ponerse el sol. Aprovechamos para cerrar el tema del rol y cancelar lo adeudado en Hidrografía, de esa manera podríamos zarpar temprano, sin retrasos.
Y así fue. A las 8:15 hs. del sábado 27 de febrero nos encontrábamos navegando de regreso con buenas condiciones meteorológicas, arribando diez horas después al Paraná Miní, en donde hicimos noche, para continuar al día siguiente hasta el puerto de partida y dar por terminada otra travesía más.
Espero haberles despertado la curiosidad sobre este paradisíaco, económico y cercano destino como para que, en cuanto puedan, se larguen a navegar hasta el Río Negro.
Si desean ver más fotos pueden cliquear AQUÍ. Si desean ver este o los videos de otras travesías, pueden cliquear AQUÍ
Hasta las seis de la mañana duró el vendaval que empujaba a grandes masas de aguas y las hacía correr por encima del muelle. En la foto de la derecha (una toma de pantalla) se puede observar el comentario realizado por RBS Meteorología Uruguay en donde describe lo sucedido durante la madrugada. La Alerta Naranja se mantuvo hasta pasado el medio día y recién a última hora de la tarde el tiempo comenzó a componer y hasta vimos ponerse el sol. Aprovechamos para cerrar el tema del rol y cancelar lo adeudado en Hidrografía, de esa manera podríamos zarpar temprano, sin retrasos.
Y así fue. A las 8:15 hs. del sábado 27 de febrero nos encontrábamos navegando de regreso con buenas condiciones meteorológicas, arribando diez horas después al Paraná Miní, en donde hicimos noche, para continuar al día siguiente hasta el puerto de partida y dar por terminada otra travesía más.
Espero haberles despertado la curiosidad sobre este paradisíaco, económico y cercano destino como para que, en cuanto puedan, se larguen a navegar hasta el Río Negro.
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AGRADECIMIENTOS:
A Jannet Navarro, jefa de sección del Puerto Villa Soriano, y a todo su equipo, especialmente a Alejandra y Romero.
A Diego Ruiz, de la Dirección de Turismo de Villa Soriano.
A Carlos, de Hidrografía de Mercedes. También a Nerina y Ramón del Servicio de vigilancia de Puerto.
A Jorge Aguilar, por sus cartas
Y a Alejandro Kalfayan por sus constantes aportes desinteresados como experto conocedor de estas latitudes.
A Jannet Navarro, jefa de sección del Puerto Villa Soriano, y a todo su equipo, especialmente a Alejandra y Romero.
A Diego Ruiz, de la Dirección de Turismo de Villa Soriano.
A Carlos, de Hidrografía de Mercedes. También a Nerina y Ramón del Servicio de vigilancia de Puerto.
A Jorge Aguilar, por sus cartas
Y a Alejandro Kalfayan por sus constantes aportes desinteresados como experto conocedor de estas latitudes.