Bienvenidos nuevamente! Espero hayan tenido una buena semana y estén listos para compartir esta segunda parte de esta navegación a Uruguay.
La verdad que la noche pasada en la Laguna de los Negros ha sido magnífica. Desde lejos se pueden ver las luces de los vehículos yendo y viniendo por el puente que une a Fray Bentos con Mercedes y un cielo raso cubierto de infinitas estrellas, ni que hablar de la tranquilidad y el silencio...
Con un río absolutamente desierto, el lunes 15 aprovechamos a visitar la Isla de las Tropas con el Piraña, distante a solo unas dos millas náuticas al Norte de donde estábamos fondeados. Recorrimos sus mil quinientos metros de playa y también su interior, en donde encontramos varias lagunas formadas por los excesivos repuntes de marea que el RN tuvo durante los meses de diciembre y enero.
Con las altas temperaturas de cada día, que hoy haya amanecido nublado es una bendición. Apostamos el campamento sobre la punta sur de la isla y pasamos allí el resto del día, con las reposeras y nosotros constantemente en el agua.
Es muy común ver, en verano y por acción del calor, una especie de polvo indisoluble de color verde fluorescente flotando en el agua. Esta alga es una cianobacteria que puede producir algo de alergia, irritación de las mucosas, alguna diarrea o bien nada. Una buena forma de evitar cualquiera de estas patologías es enjuagarse con agua potable al salir del río. Obviamente, estando a bordo, el agua potable es un bien preciado que no se puede derrochar, entonces...
Entonces será bueno tener a mano un balde siempre lleno de agua de río al que se le agregará una tapita de lavandina y se dejará reposar (al menos 1 hora) para enjuagarse; como medio preventivo, no estaría de más llevarse un blister con pastillas de carbón con antibiótico para contrarrestar cualquier leve diarrea. Por supuesto, ante la continuidad de molestias y/o trastornos se deberá consultar a un médico.
De vuelta en la laguna y con el barco a la sombra, gracias al cordón de vegetación medianamente alta que esta presenta en todo el perímetro, la estadía a bordo se hace mucho más llevadera. Las jornadas pasan entre playas y agua, entre mates y alguna bebida fresca por la tarde hasta que llega la hora de la cena.
Otro día, otra expedición. Por la mañana, cuando el sol aún no apretaba tanto, recorrimos esos mil y pico de metros de playa que se encontraban a la derecha de la bocana de la laguna. Los paisajes parecen de ciencia ficción, no se puede parar de sacar fotos.
17/02/16, 3:15 AM: CACHENGUE! Como no podía ser de otra forma, y después de unos cuantos días de tranquilidad, recibimos nuestra segunda tormenta. En esta ocasión y por las dudas, aunque no había corriente, habíamos tirado un ancla de arado y un rezón de 9kg. a barbas de gato. Gracias a ello nos mantuvimos sin garrear hasta las 7:AM que finalizó todo. La temperatura había bajado considerablemente y era un buen momento para volver al camarote. Por la tarde el tiempo mejoró y amainó el viento, hicimos playa y tuvimos la oportunidad de hacer el segundo vuelo del drone.
Hasta allí el tiempo pasaba lento, como dándonos tregua para aprovechar al máximo cada día, no obstante deberíamos continuar si queríamos recorrer lo que teníamos previsto. Así que, cerca del medio día, pusimos proa a Mercedes y en una hora recorrimos, río abajo, las casi seis millas y media que había de distancia hasta el Muelle Comercio.
Nuevamente, como en Soriano, la gente de Hidrografía y de la empresa de vigilancia se mostró muy amable y laboriosa en la maniobra de amarre, que se había complicado un poco con el viento de través y la deriva. Desembarcamos para saludar a quienes tanto habían trabajado para acomodar al Palometa y hacer los trámites de ingreso a puerto, buscar las tarjetas habilitantes para los baños y tomar algo de aire fresco bajo los sauces del playón.
En cuanto bajó un poco el sol salimos a caminar por los alrededores y a sacar algunas fotos, se respiraba un aire muy "familiero" en la costanera, todos con el mate en la mano, saludando con respeto a dos desconocidos que interferían en su ritual.
Ya de noche y después de una merecida y refrescante ducha nos dirigimos al centro en busca de un lugar en donde cenar y cambiar algunos pesos uruguayos, la nuit estaba espectacular y nosotros de festejo. La vuelta al barco se hizo sola, aún saboreando esa espectacular combinación de gustos en una pizza glacé/bacon y el dejo amargo de una cerveza helada Patricia. Las cartas estaban echadas, el juego, por hoy, había concluido.
Los espero en siete días? lo mejor está por venir!
Buenas singladuras!
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