jueves, 4 de junio de 2015

BAJANDO por el CHANÁ y CAPITANCITO al PALMAS

Hoy compartiremos la crónica de un derrotero muy apropiado para esta época del año, ideal si uno eligió rumbear para el lado del Paraná Miní.

Luego de pasar un finde largo con amigos en un lugar amigo, con la Patacheada Patriótica, decidimos navegar hacia el opuesto y realizar un derrotero que hacía mucho no navegábamos: las aguas del Arroyo Chaná.

Esta vía navegable que nace en el Paraná Miní (S34 11 642 / W58 29 086) y desemboca en los Bajos del Río de la Plata (S34 15 930 / W58 29 822), cuya profundidad oscila entre los 3,8 y 1,50 mts., guarda en su interior un paisaje exclusivo, protegido de vientos y mal tiempo.
Con una anchura más que razonable, el Chaná no ofrece ninguna resistencia a veleros, botes, cruceros ni lanchas. Sus únicas restricciones son, como lo indicamos antes, el "calado" y el desplazamiento, pues se deberá navegar a velocidad reducida para no perjudicar a sus costas ni a su vasta población.


A dos tercios de su recorrido, a unos 6 kms. aproximadamente del Miní, sobre la margen izquierda, nace el Arroyo Los Angelitos y unos ochocientos metros abajo, siguiendo por el Chaná, sobre estribor, se encuentra el Arroyo Caracoles. Es recomendable, por seguridad, reducir la velocidad antes de esta confluencia pues se corre el riego de producirse una vuelta encontrada dado que este arroyo conecta al Chaná con una curva muy cerrada y la vegetación reduce la visibilidad.


A poco de navegar divisará los Bajos del Temor (S34 15 941 / W58 29 822), una zona de vegetación baja, mayormente juncales. Al llegar a la boca del arroyo tendremos dos opciones para llegar al Paraná de las Palmas, sobre la amura de babor verá el primer palo (palmera) del inicio de lo que se conoce como los "Palos de los Bajos del Temor", sólo recomendables para embarcaciones de poco calado y/o con marea muy alta, y la otra es por el Aguaje del Durazno si vira a estribor. Nosotros tomamos el aguaje virando ampliamente hacia estribor para sortear el banco que dejará sobre la misma banda. A 2,2 kms. del viraje, sobre estribor, dejará la desembocadura del Aº Caracoles (un muy lindo paraje para hacer noche, detenerse a almorzar o simplemente para disfrutar del lugar) y mil setecientos metros más arriba, en donde se encuentra una casa bicolor justo haciendo esquina, deberá caer a babor para ingresar al Aguaje del Durazno.

Este sinuoso curso de agua estará restringido a grandes veleros, embarcaciones con calado superior a 1,3 mts. o barcos de grandes esloras. Su navegabilidad dependerá mucho de la marea y nos dará, al haber recorrido 2,2 kms., la opción a continuar de frente por el Aguaje del Durazno hasta el Aº Paycarabí o virar a babor para bajar por el Capitancito hasta al Paraná de las Palmas. Nosotros nos decidimos por esta última alternativa y aunque angosto, por el desborde de la vegetación en sus costas, el canal tiene buena profundidad en todo el ancho de su recorrido. En el parabrisas izquierdo del Palometa se puede apreciar lo cerca que se debe pasar en cruce con otra embarcación de gran porte, no revistiendo peligro si la maniobra se realiza a velocidad moderada.

Cuando la recta del canal se terminó, y dejamos a babor el Aº Capitancito, el Paraná se dejó ver tras un juncal que corría paralelo a la costa de la margen derecha.
Conclusión: Este derrotero de 12,4 kms. se realizó con absoluta seguridad y rapidez, sin exponer en ningún momento a la embarcación, y mucho menos a la tripulación. Nos tomamos el tiempo necesario para fondear en los Bajos del Temor ( con profundidad de 3,5 mts.) a la hora de almorzar y a pesar de tener viento franco del sur, con algunas rachas fuertes, esto nunca produjo incomodidad durante la estadía ni la navegación.

Por lo expuesto y lo disfrutado les sugiero que si andan boyando por el Paraná Miní no duden en bajar por el Chaná y tomarse el tiempo para fondear en los Bajos, seguramente lo disfrutarán tanto como nosotros.
Que siempre los acompañe un pie de agua bajo la quilla y tengan buenas singladuras!!!