Que gusto volverlos a encontrar después de tanto tiempo, pero una licencia anual es justa y necesaria. Como es habitual en nosotros, siempre nos reconforta vacacionar a bordo y para despuntar el vicio, esta vez pusimos proa a Villa Paranacito.
Dos vecinos de amarra nos siguieron, una vez más, y hacia allá partimos el domingo 15 de enero de 2012 a las 6:45 hs. con condiciones meteorológicas inmejorables. Remontamos el Cl. Arias hasta el Paraná de las Palmas, viramos a babor hasta el Carabelas y remontamos este hasta el Cl. Alem, poniéndole fin así a la primera singladura, pues allí nos esperaban Estela y Néstor. Arribamos a la Quinta Santa Marta a las 11:45 hs. y luego de las maniobras de atraque, que llevaron más tiempo de lo esperado por la pronunciada bajamar, fuimos homenajeados con una muy abundante picada, cerveza bien fría y una entretenidísima charla de la que surgió, sorpresivamente, que los tres varones sentados a esa misma mesa habíamos compartido destino de “colimba” en la Base Naval de Puerto Belgrano.
Por la tarde, un servicio de afinado al generador mientras todos compartíamos mate y pan casero, un bañito reconfortante para bajar la temperatura corporal y por la noche: asado de cerdo con ensalada de papa y huevo. Nuestros anfitriones no dejaron de agasajarnos ni de hacernos sentir como en casa durante toda nuestra estadía en su isla.
Al día siguiente, luego de despedirnos de estos generosos amigos, a las 8:45 hs. y con perspectivas de otro día caluroso, seguimos remontando el Carabelas. Es importante mencionar que todo el Carabelas es perfectamente navegable, pues su profundidad oscila entre los ocho y veinticuatro pies, que es bastante poblado y en su confluencia con el Cl. Alem 1º sección se encuentra un recreo, surtidor y proveeduría (incluye carnicería) llamado Blondeau que cuenta también con amarras (muelle) a $10 por día.
Son las once menos diez de la mañana y casi llegamos a la boca del Guazú. Es imprescindible recostarse sobre la costa que nos queda a estribor, todo lo que el calado de nuestra embarcación nos lo permita, antes de dejar el Carabelas para evitar el banco que se encuentra en medio de la boca. Bajamos por el Guazú hasta el Paraná Bravo, dejando la boya cardinal W por estribor, y de allí hasta el Gutiérrez en donde viramos a babor. Arribamos a las 12:30 hs. a esta caudalosa vía navegable que nos ofrecía una frondosa arboleda sobre la costa W, una atractiva tentación para fondear, dada la hora. Sin más, decidido democráticamente por votación, creo que lo fresco del lugar influyó, decidimos poner fin a nuestro segundo día de navegación. Desde allí solo nos separaban 8,7 Mn de Villa Paranacito y 15,3 Mn de nuestro destino final: la Hostería Rose Marie, o al menos eso pensábamos…
El martes 17 amaneció caluroso, a las 10 hs. la estación meteorológica marcaba 27ºC, con viento de 6 nudos y rachas de 11,5 proveniente del NE, por tal motivo la salida se demoró hasta las 16:45 hs. Cobramos el fondeo y enfilamos hacia el Canal Pedro Galofré, en cuya boca se encuentra el destacamento de PNA “Nuevo Canal”, y lo remontamos para continuar por el Canal San Martín. Una recomendación a tener en cuenta: luego del Aº Brazo Largo este canal reduce su calado a unos 6,5 pies durante unos 1500/1800 mts., se recomienda mantener el curso por el medio.
Antes de llegar a Villa Paranacito, en el surtidor de Don Carlos Schaaber (33 45 261S / 58 39 117W) que atiende de lunes a sábados de 8 a 12 y de 15 a 19 hs., repostamos el combustible consumido y continuamos viaje. A poco de navegar, a las 18:20 hs., nos encontramos de frente con este agradable paraje que mostraba a muchos de sus habitantes tomando mate sobre la costanera. Viramos a estribor y continuamos por el Río Paranacito y luego por el Arroyo Sagastume Chico hasta el Arroyo Martínez, ambos con una profundidad que oscila entre los 10 y los 15 pies, en donde volvimos a virar a estribor para ir en busca de la Hostería Rose Marie.
IMPORTANTE: Según personal del destacamento policial de islas de Villa Paranacito y nuestra propia observación, han retirado ese famoso tronco que coronaba la confluencia de los últimos dos arroyos mencionados.
Continuará…
RECTIFICACIÓN al 2/4/2015:
En el día de la fecha hemos notado con sorpresa que el banco que presentaba la desembocadura del Carabelas al Guazú, el cual describíamos oportunamente, ha variado su posición. Ahora para ingresar al Paraná Guazú se deberá pasar a cuatro o cinco metros de los juncos que nos quedan a babor y enfilar a un árbol con forma triangular que se destaca de la vegetación que se encuentra en frente, en la Isla del Dorado. El resto de la boca se encuentra embancada con unos 20 cms. de sedimento flojo superficialmente y más abajo barro firme en una longitud de 60 a 80 metros de longitud. Cuidado!