Esta invitación a la Flotada Papá Noel nació hace unas cuantas semanas a través de facebook y para ella no hacía falta acreditarse ni preámbulo alguno. La consigna era pasar la Noche Buena en la boca del San Antonio y disfrutar de los festejos que en el continente se realizaran.
La tripulación, cena, música y regalos estarían a cargo de cada capitán, quienes se pudieron comunicar entre sí por VHF, canal 6.
Desde las 16 hs. del 24 estuvimos fondeados al través del último palo del Aguaje Julia con un viento N/NE de 14 Nudos que hacía muy placentera la estadía.
Las horas fueron transcurriendo y con ellas la llegada de las embarcaciones que aspiraban a disfrutar de tal evento. Aunque la marea se encontraba considerablemente baja, eso no impidió que se acercaran gran cantidad de nautas.
Muchos nos acompañaron hasta la caída del sol, otros se reagruparon en el San Antonio aguas arriba y solo unas diez embarcaciones permanecimos en nuestras zonas de fondeos iniciales en la boca. Todos en forma ordenada y plácida iniciaron los preparativos para la cena de Noche Buena, incluyendo un arbolito en la popa de un crucero y una plataforma fluvial lanzadora de cohetes de una chata.
Unos pocos minutos, después de las 12 pm., comenzaron los fuegos artificiales! La pirotecnia de CABA se opacaba por la contaminación lumínica que la ciudad posee, mientras que en la zona norte la historia era otra. Sin saberlo de antemano teníamos una ubicación más que privilegiada. Los fuegos de San Isidro y San Fernando "brillaron" con todo su esplendor, solo les mostraremos seis fotos de ese espectáculo, de las cincuenta y cuatro que 
(Si desea ampliar las fotos, solo tiene que cliquear sobre alguna de ellas)
El tiempo estaba inmejorable, la temperatura super agradable, ni siquiera un insecto... solo faltó la presencia de una luna llena. Como experiencia se las recomiendo a todos aquellos que aún no han tenido esa oportunidad.
El 25 desayunó con nosotros manso, muy soleado. Antes del medio día volvimos a estar rodeados de embarcaciones, algunas, suponemos, continuando el festejo de la noche anterior. No hubo desmanes ni situaciones de peligro, mucho menos de inseguridad.
Sobre la marcha fuimos decidiendo el derrotero para los siguientes días. El feriado puente del 26 de diciembre zarpamos hacia el Sueco. Remontamos el San Antonio hasta el Urión y de allí, por este mismo, con rumbo N/NW, hacia el Honda hasta el Paraná de las Palmas. Caímos a estribor y fuimos aguas abajo buscando la costa opuesta (margen izquierda) hasta llegar al Pasaje el Sueco, en donde tiramos el ancla antes de llegar al primer palo de Los Bajos del Temor.
Para ese entonces ya se veía venir, lo que a juzgar por las nubes, sería algo pasajero pero intenso. Fondeamos firme, dejando una buena cantidad de cabo/cadena en el fondo, nos dispusimos a colocar las chubasqueras y en cuanto empezamos con las cenefas del cockpit, el cielo estalló.
Almorzamos bajo una lluvia sin mayores consecuencias y de repente, sin ser invitados, los corderitos aparecieron en escena. Cuando vimos garrear a un velero de dos palos, que estaba fondeado cerca de Punta Temor, a unos doscientos metros nuestro, supimos que correríamos la misma suerte. Sin tiempo para nada el viento nos abatió sobre una zona de juncos y nos varó entrando por la amura/través de estribor. Esperamos que las rachas amainaran, abarloamos el auxiliar a la banda de babor y lo izamos con la botavara para provocar escorar bastante al Palometa como para liberarlo del fondo. Con máquina a una 700 rpm, en reversa, fuimos ciando y zafando paulatinamente de la varadura. Nuevamente el agua estaba baja y entrar por los palos al Aguaje Del Durazno y posteriormente al Paycarabí hubiese sido una locura. Así que entramos en el aguaje entre la isla La Nutria y la Isla Lucha para hacer noche y proseguir al día siguiente hasta el Paycarabí.
Ya sin lluvias, con una suave brisa del Norte y posteriormente del Este, lo que quedaba del feriado extra largo de Navidad lo pasamos en un río muy amigable y tranquilo. El Paycarabí, como siempre, nos recibió amablemente y fondeamos frente a una casa con huéspedes en parejas, jóvenes, divertidos y muy respetuosos. No daban ganas de volverse, pero como siempre, la náutica nos da revancha y en cualquier momento volveremos. El domingo 28 al medio día cobramos fondeo y nos volvimos silbando bajito...
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