Con los últimos aprietes de tuercas y bulones del motor recién rectificado, surgía la inquietud de preparar un derrotero para el asentamiento de la máquina. Según se fueron cumplimentando los requisitos finales para la puesta en marcha se evaluaron varias posibilidades, siempre teniendo en cuenta permanecer cerca de centros poblados o zonas de fácil acceso al continente por cualquier eventual falla o desperfecto mecánico.
Una vez en marcha, habiendo realizado las pruebas pertinentes con carga controlada, estábamos listos para encarar la travesía que evaluaría el comportamiento de la planta motriz y su asentamiento. Al mismo tiempo, y tras deliberar con la “plana mayor” de la tripulación, se delineó el derrotero que dimos en llamar: Paraná x 3.
Así entonces, con el fin de compartir experiencias y asegurarnos la asistencia mutua ante cualquier avería, comenzamos a tentar a nuestros amigos nautas que podrían disponer de nueve días durante el mes de mayo para que nos acompañaran. Debo aclarar que no fue una tarea difícil, por el contario, Mónica y Claudio accedieron entusiasmados a la propuesta.
Ya teníamos todo. Un derrotero de setenta y siete millas náuticas, el cronograma de la travesía, consumos aproximados, los probables puestos de reabastecimiento, la data de los paradores, la fecha de partida, los víveres a bordo y un par de amigos entusiastas con muy buena onda.
Diario de a bordo:
Sábado 7 de mayo de 2011: Tras terminar con los preparativos finales, (carga de agua potable, colocación del asta y bandera, repaso al check list, trincado de elementos sueltos, puesta en marcha y suelta de amarras) zarpamos a las 10:00 hs. hacia el Complejo Náutico Aulicino. Esta apacible primer singladura se llevó a cabo bajo un cielo parcialmente nublado, con viento calmo y 15ºC de temperatura.
El Bonanza y el Palometa remontaron el Canal Arias, cruzaron un Paraná de las Palmas planchado, continuaron por el Canal de la Serna y a la altura del Canal 4 se les sumó el Evasión. Charla mediante por el canal 67 de VHF (haciendo uso racional del espectro radioeléctrico), caímos en el Paraná Miní y virando a estribor, siendo las 13:00 hs., llegamos a Aulicino. Maniobra de amarre, intercambio de saludos, comentarios de rigor y una enorme sorpresa al caer en la cuenta que el Complejo era todo nuestro, incluyéndonos, solo seis barcos.
Por la noche el tradicional asado de integración, que estuvo en manos de Alejandro (Capitán del Evasión), coronó una jornada muy entretenida, de mucha camaradería.
Domingo 8: El día amaneció con viento moderado del S. que fue virando al E. y con 13ºC de temperatura. Aprovechamos para baldear la cubierta y retocar algunos detalles mecánicos menores que habían surgido durante la navegación del día anterior. Cerca del medio día, tras algunos problemitas solucionados, se despide el Evasión deseándonos buena travesía. El día se va apagando junto con el viento, la noche se muestra serena y con cielo despejado. Solo quedamos el Bonanza y nosotros en el silencio del Complejo.
Aunque hayan estado ausentes por cuestiones de salud, todo se encontraba como si Marta y Antonio (Aulicino) hubiesen estado presentes. Como siempre la atención fue de primera, al igual que la limpieza de los vestuarios y del Complejo todo. Los aranceles para embarcaciones de hasta once metros fueron: Amarra $100 y energía eléctrica $25, por día y por barco.
Lunes 9: Esta es la jornada más extensa de la travesía Paraná x 3. Debemos cubrir unas veintidós millas náuticas para arribar al Club de la Isla, algo así como unas seis horas de navegación remontando el Paraná Miní y el Paraná Guazú.
Zarpamos a las 11:30 hs. con viento leve del sector N.E. y una temperatura muy agradable de 16ºC. Un delta tranquilo, sin tránsito, solo con algunas embarcaciones comerciales, invitaba a pensar en una parada para almorzar al llegar al Guazú. Frente a la boca del Miní, el Aº Cucharas nos esperaba con la mesa servida, algo que disfrutamos por casi dos horas.
A las 15:00 hs. reanudamos la marcha con la sensación de haber disfrutado de un verdadero banquete y pusimos proa hacia Rm 320º. Los paisajes que nos regaló ese caudaloso río son imposibles de describir, y mejoraban a cada milla. Pasamos la boya del Km. 158,800 dejando por babor el Canal Gobernador Leandro N. Alem – Segunda sección y siete millas más arriba dejamos por estribor al Paraná Bravo.
Con una puesta de sol tabulada para las 18:04 hs. no hacía falta ser Arquímides para calcular que llegaríamos de noche al Club… y así fue. Durante las últimas seis millas, la cámara de fotos y nuestros ojos no podían cubrir todo el rango de claroscuros que el cielo generaba con la silueta de los barcos mercantes fondeados y en el puente del Complejo Zárate – Brazo Largo.
De repente la alarma del GPS anuncia la llegada a destino. ¿Pero por dónde? Sin balizas, ni luces, ni boya, encontrar el canal de acceso al Club de la Isla significó una verdadera proeza. El uso del faro de búsqueda y rescate, por un tiempo excesivo, hizo que saltara el fusible quedándonos sin luz de navegación apenas ingresamos al canal.
Hagamos un breve impasse mientras reparo el fusible y seguimos con el relato. Continuará…
miércoles, 25 de mayo de 2011
miércoles, 11 de mayo de 2011
COMPAS MAGNETICO
Bienvenidos amigos nautas. En este encuentro trataremos de aclarar dudas entre la convencional "brújula" y el instrumento que se encuentra a bordo de nuestras embarcaciones.
El compás magnético tiene una sutil diferencia con la brújula. Este se encuentra especialmente diseñado para navegar y puede estar alojado sobre un soporte cardánico o suspendido en un medio líquido. Posee una circunferencia graduada de 000º a 360º en sentido horario, llamada rosa de los vientos, y el mortero (caja donde se encuentra alojada esta rosa de los vientos) dispone de una línea de fé que coincidirá paralelamente con la línea de crujía (línea imaginaria que corre por el centro de la embarcación de popa a proa). Es entonces que cuando la línea de fé marca 000º en el limbo (borde graduado), la proa del barco estará apuntando hacia el Norte.
Este instrumento, de funcionamiento tan simple y preciso, deberá contar con dos características esenciales: sensibilidad y estabilidad.
La primera estará determinada por la mínima variación que acuse el instrumento a la hora de cambiar imperceptiblemente de rumbo y la segunda, a la desafectación de los movimientos típicos de la navegación en la marcación del rumbo.
Lo que se deberá tener muy presente, al exigirle sus máximas cualidades, es la correcta instalación del compás. El mismo deberá encontrarse alejado de fuentes que generen campos magnéticos (instrumental, parlantes, etc.), de elementos metálicos y de fuentes de calor.
Al margen de la mejor ubicación para su lectura, quien timonee podrá optar por alguno de estos tres tipos de compases magnéticos que se encuentran en cualquier almacén naval:
De Rosa Plana. En donde la lectura se realiza desde arriba y sobre la zona posterior de la rosa, en donde se encuentra la línea de fé.
De Rosa Esférica. Ideal para instalar a la altura de los hombros, en donde el rumbo magnético se lee en la parte frontal de la esfera.
De Rosa Cónica. Comunmente conocido como compás de mamparo, permitiendo su correcta lectura hasta con un marcado rolido (movimiento oscilatorio lateral) de la embarcación.
Hasta aquí hemos llegado. En nuestro próximo encuentro les estaremos contando acerca de las experiencias vividas en un derrotero muy atractivo: "PARANA x 3". Les deseamos muy buenas singladuras y hasta pronto!
El compás magnético tiene una sutil diferencia con la brújula. Este se encuentra especialmente diseñado para navegar y puede estar alojado sobre un soporte cardánico o suspendido en un medio líquido. Posee una circunferencia graduada de 000º a 360º en sentido horario, llamada rosa de los vientos, y el mortero (caja donde se encuentra alojada esta rosa de los vientos) dispone de una línea de fé que coincidirá paralelamente con la línea de crujía (línea imaginaria que corre por el centro de la embarcación de popa a proa). Es entonces que cuando la línea de fé marca 000º en el limbo (borde graduado), la proa del barco estará apuntando hacia el Norte.
Este instrumento, de funcionamiento tan simple y preciso, deberá contar con dos características esenciales: sensibilidad y estabilidad.
La primera estará determinada por la mínima variación que acuse el instrumento a la hora de cambiar imperceptiblemente de rumbo y la segunda, a la desafectación de los movimientos típicos de la navegación en la marcación del rumbo.
Lo que se deberá tener muy presente, al exigirle sus máximas cualidades, es la correcta instalación del compás. El mismo deberá encontrarse alejado de fuentes que generen campos magnéticos (instrumental, parlantes, etc.), de elementos metálicos y de fuentes de calor.
Al margen de la mejor ubicación para su lectura, quien timonee podrá optar por alguno de estos tres tipos de compases magnéticos que se encuentran en cualquier almacén naval:
De Rosa Plana. En donde la lectura se realiza desde arriba y sobre la zona posterior de la rosa, en donde se encuentra la línea de fé.
De Rosa Esférica. Ideal para instalar a la altura de los hombros, en donde el rumbo magnético se lee en la parte frontal de la esfera.
De Rosa Cónica. Comunmente conocido como compás de mamparo, permitiendo su correcta lectura hasta con un marcado rolido (movimiento oscilatorio lateral) de la embarcación.
Hasta aquí hemos llegado. En nuestro próximo encuentro les estaremos contando acerca de las experiencias vividas en un derrotero muy atractivo: "PARANA x 3". Les deseamos muy buenas singladuras y hasta pronto!
Publicado por Jorge Volz
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