Hola amigos nautas! Bienvenidos a este espacio amigo, bienvenidos a otra entrega de ENDT, pero esta vez con estreno de logo!
Esperamos que sea de vuestro agrado y lo vayan reemplazando en sus retinas por la anterior rueda de cabillas.
Esta nota tiene la enorme pretención de contribuir al entendimiento del problema que convive con los navegantes que amarran en clubes ubicados entre la desembocadura del río Luján y hasta las cercanías a la Dársena F del Puerto de Buenos Aires: el Canal Costanero.
Anteriormente a la década de 1970 este canal ofrecía una entrada franca a buques mercantes con calado menor a los 8 pies, desde el Puerto de Buenos Aires al Paraná.
Posteriormente, con la construcción del Canal Emilio Mitre y el corte de la Isla Zárate, se produjo una salida directa al Río de la Plata llamada antiguamente el canal de la Esso. Los buques provenientes del sur argentino ya no deberían pasar por el Canal Martín García, el Paraná Guazú y bajar por el Paraná de las Palmas para llegar a las destilerías de Campana.
Por lo tanto, con una desembocadura sin obstáculos el Paraná de las Palmas comenzó a volcar mayor caudal de agua al Riopla y a una velocidad más alta, lo que produce su auto-dragado, pasando de los 28 pies originales en su construcción a los 34 actuales de profundidad y cuyo refulado contribuye a rellenar el Ex Canal Costanero.
Esta obra también provocó que por los ríos Luján, Capitán, Urión, San Antonio y el Canal Vinculación salga menos agua y a una velocidad mucho menor, depositándose los sedimento que el Paraná trae disuelto en sus aguas, con el consiguiente embancado en algunas zonas de estos ríos, tapando el antiguo Canal Costanero y avanzando, en consecuencia, el delta frente a las costas de San Isidro.
Sería interesante pensar que, más allá de dragar, habría que proveerlo de agua para que éste se mantenga. Las antiguas profundidades se constituían por el paso continuo de los buques, hoy extintos. No sería descabellado pensar que si el Luján desagotara a la altura del Km.33 del Emilio Mitre, según las apariencias, toda la ensenada que va desde San Isidro al Aeroparque terminaría convirtiéndose en zona de bajos, los cuales seguramente serían ganados al río y se convertirían en tierras aptas para dedicarlas a mega negocios inmobiliarios, por ejemplo.
Los dejo pensar...
Mientras tanto aprovechen esta hermosa época del año para surcar aguas adentro del Delta!
Fuentes: Ing. J.Lavaisse e Ing. J. Medan